Un mes

Esta noche hace un mes que aterricé en Países Bajos, más concretamente en Holanda. Las cosas en este punto no son como yo esperaba, y a veces me desanimo un poco, pero como buena maña soy cabezona y tiro palante. En mi cabeza a estas alturas yo ya estaría viviendo en mi piso propio, tendría trabajo y tendría todo el papeleo solucionado. Pero no es así, ni tengo piso, ni tengo trabajo, ni he solucionado todo el papeleo. Estoy registrada en el ayuntamiento, tengo cuenta de banco, pero aún tengo que activar la tarjeta y me falta hacerme el seguro médico.

El tema del piso quizás se cierra este fin de semana, voy a visitar una casa en las afueras de Utrecht. Si me sale bien voy a tener un chute de alegría. Si me sale mal me va a fastidiar mucho, porque esa casa parece perfecta para mí.

El tema del banco, ya me han vuelto a mandar la tarjeta tal como me dijeron, y también la "calculadora" para controlar mi cuenta online. Sólo falta que vaya a una sucursal y la active. Como ir a una sucursal me supone ir a Amsterdam y perder el día entero (que necesito para buscar trabajo) me da pereza, así que como el lunes tengo que ir de todos modos, pues me espero hasta el lunes para activar la tarjeta.

Si todo va bien con la cuenta de banco, el tema del seguro médico lo debería solucionar la próxima semana (los que vivís en este país, cual me recomendais? Me han hablado de Anderzorg)

Y el trabajo se solucionará cuando alguien me haga caso a uno de los chiquicientos emails que he mandado. Pero eso no está en mis manos. En mis manos sólo está seguir mandando CVs a todos lados hasta que la flauta suene.

Osea que llevo un mes aquí sin hacer ningún proceso o casi ninguno.

Por otra parte, el país me encanta, la vida de la gente aquí me encanta. Miro todo con la curiosidad de un niño, cualquier pequeña cosa me hace gracia o ilusión. No recuerdo haber tenido esta sensación al llegar a Glasgow, o por lo menos no me duró un mes. Es una pena que por aquellos entonces no tuviese blog porque me encantaría volver a leer mis sensaciones.

Un amigo me dijo ayer, por tu forma de hablar de mi humilde país, parece que te sientas como una princesa en un cuento de hadas. Y sí, creo que a veces es así como me siento, en un cuento de hadas. Cuando veo esos jardines tan bonitos, cuando veo animales de granja (cabras, ovejas, caballos) en jardines, cuando veo campos verdes (y planos) cuando veo cómo de limpio está todo, la amabilidad de la gente, lo cívicos que son...Pero también creo que si no hubiese vivido en Glasgow, la antítesis de este paraiso, nunca hubiese llegado a apreciar las cosas que aprecio ahora y en la medida que las aprecio. Muy posiblemente el clima, el idioma, las diferencias, todo eso hubiese nublado mi percepción.

Si una vez tuve miedo a que este país, digamos el país al que siempre he querido venir, me defraudarse, por, quizás, tener en mi cabeza una idea demasiado utópica sobre él, ahora tengo miedo de perder la ilusión que tengo ahora cuando ando por la calle y veo pequeñas cosas. Porque si en Glasgow alguna vez tuve ilusión, la perdí, y llego un momento en que esa ciudad se convirtió en mi carcel y en la losa que arrastraba día tras día. No quiero ni pensar en que eso me pase con Holanda, porque, cual sería mi siguiente paso? No lo sé, no hay otro país que me atraiga como siempre me atrajo Holanda, y no me hace ilusión volver a vivir en España.

Si algunos tienen el llamado "sueño americano", el mío tiene bandera roja blanca y azul, tengo sueño holandés, y espero no despertarme.