jueves, 20 de abril de 2017

Kasteel Heemstede

Hace unas semanas, como regalo de cumpleaños, tuve el lujo de ir a cenar a un castillo, cual princesa. El restaurante en cuestión se llama Kasteel Heemstede, y está en Houten, muy cerquita de Utrecht. Para los amantes de la alta cocina, este es un buen restaurante al que ir. A los que simplemente os apetece llevar a vuestra pareja a cenar a un lugar especial y os podéis permitir un lujo de vez en cuando, este es un buen sitio!

Por qué? El restaurante es un castillo del siglo XVII . En 1987 se quemó y fue pasando de mano en mano sin que nadie pudiese financiarlo. Al final lo compró una empresa y en 2002 empezaron su renovación y se abrió el restaurante. Hasta donde yo sé, el castillo no está abierto al público para visitar, solamente el Monumentendag (día de los monumentos) , lo cual es una pena…porque seguro que es bonito de ver.

El restaurante este tiene una estrella Michelín. Para los que esto no os diga nada (como a mí), una estrella Michelín significa que es un restaurante muy bueno en su categoría, e implica que el restaurante no sólo es uno de los mejores de su país, sino que es uno de los mejores del mundo. Según Wikipedia, hay 2.000 restaurantes con alguna estrella Michelín en el mundo.

Como yo no tengo mucha experiencia en restaurantes “pichis” pensé que después de salir del restaurante, íbamos a necesitar correr al Burrikín a llenar el estómago, por eso de que los platos suelen ser bonitos pero tienen poco contenido….y yo con los ojos no como. Pues no es el caso de Kasteel Heemstede. Cenamos un menú de 5 platos, todos muy bonitos y con nombres y descripciones muy enrevesadas. Después de la explicación no sabes qué le han hecho a la pobre col que decora el plato, pero suena doloroso. Y pones cara de entenderlo todo y de cenar todos los días en sitios pijos, pero en realidad, no entiendes ni una palabra y te sientes un poco Cenicienta. Pero, al terminar los 5 platos, para mi sorpresa, íbamos tan llenos que no me comí los bombones que acompañaban el café. Para que yo renuncie a chocolate, tengo que estar muy llena.

Hablando de Cenicienta, el estar allí me hizo acordarme de toda esa gente, de procedencia humilde, y que por lo que sea, acaban frecuentando este tipo de ambientes…y no me dieron ninguna envidia, no me apetecería nada el tener que aprender protocolo y sentirme observada y juzgada cada vez que salgo de cena….


Y vosotros, tenéis algún restaurante “especial” a recomendar? 

martes, 11 de abril de 2017

Los blogs que sigo

Grrrr, el otro día estuve jugueteando con las plantillas de blogger, y no sé si tiene que ver, o si no tiene que ver, pero acabo de darme cuenta de que he perdido la lista de blogs que sigo habitualmente! Esa lista que aparece en la barra de la derecha! Además de que veo otros cuantos cambios más. Sí, hice copia de la plantilla actual antes de empezar a toquiñear....y luego volví a cargar la plantilla tal como era....

Bueno, el caso es que hago un llamamiento a los blogueros a los que sigo, y a los que comento en el blog, para que me dejen un mensajito aquí para poder buscar su blog de nuevo y enlazarlo!

Y mientras, quizás aprovecho para hacerle un cambio de look al blog....

Saludos!

jueves, 6 de abril de 2017

Cracovia

El amigo Paquito me ha vuelto a tirar de las orejas…por eso de que no actualizo mucho últimamente, pero es que entre el trabajo, la orejas, y que he empezado el año con un incremento en la frecuencia de mis dolores de cabeza….no doy para más. Y por el medio…intento volver un poco a mi antigua vida social, esa que tenía antes de que llegase a mi vida el terremoto Kiva. Y eso incluye viajar.
Hablando de viajar…a mitad de marzo estuve unos días en Cracovia, celebrando mi cumpleaños. Es una buena costumbre esa de cada año montarse un mini viaje a algún sitio por tu cumpleaños, os lo recomiendo.

No es la primera vez que visito Polonia, esta fue la tercera, y es un país al que volvería una y mil veces. Es un país bonito, en el que la gente es amable, en el que se come (y bebe) de lujo y en el que te gastas cuatro duros. En viajes anteriores visité Szczecin (muy cerquita de Berlín) y Varsovia. De las tres ciudades, la que más me ha gustado, con diferencia, ha sido Cracovia. Es una ciudad muy bonita y con mucha historia. Especialmente interesante para aquellos que se interesen por la segunda guerra mundial y por el tema judío.

Fui con una amiga, con idea de disfrutar de la ciudad, gastar poco en dormir y mucho en comer. Los dos primeros días dormimos en un hostel al lado del barrio judío. Habitación de 4 camas por 8 euros cada una yo creo. El hostel no tenía lujos, pero estaba limpio y teníamos baño propio. Para lo que buscábamos, perfecto. Las otras 3 noches hicimos Couchsurfing (las dos somos Couchsurfers desde hace años, de los de la mentalidad original: CS no es dormir gratis, es vivir unos días con locales)
El primer día nos dedicamos a pasear por la ciudad, sin intención de hacer turismo ni nada, sólo pasear. Venía de Varsovia una amiga mía polaca, así que caminamos con ella, tomamos café, nos llevó a comer comida polaca (de eso os hablo después). A disfrutar nos dedicamos vaya.

El segundo día nos hicimos el tour por el barrio judío (https://freewalkingtour.com/) Nuestro guía era super entretenido, y a pesar de lo triste del tema, se puede decir que lo pasamos bien. Tanto que el tercer día hicimos el tour por Cracovia que la misma empresa organiza. El tour en sí fue interesante, pero el guía era bastante malo. Como este tour lo hicimos en horario de tarde, nos dio tiempo a visitar la fábrica de Schindler por la mañana, que por cierto, como todos los museos de la ciudad, el lunes la entrada es gratis. PERO, si os interesa visitarla, tenéis que estar allí a las 10 am cuando abren…sino, no vais a poder entrar (el número de visitantes está limitado) Mi opinión sobre la fábrica: si lo que queréis es ver la famosa fábrica, como era entonces, os va a defraudar porque no a hay. Es un museo sobre el holocausto judío. Cierto es que el museo tal cual tiene muchas cosas interesantes que hacer o ver, pero no vayáis pensando en ver la fábrica porque no. Otro punto negativo es que está petadísimo de gente. Un agobio. Aún así, merece la pena.

El cuarto día toco Auschwitz. Hacía años que quería visitar el campo de concentración y por fin lo hice. La entrada al campo de concentración es gratis, pero es muy recomendable el contratar (y pagar) un tour, de esa manera te van llevando y explicando todo. Si esa es vuestra idea, reservar por internet o no tendréis hueco en ningún grupo. Quien tenga Auschwitz en la lista de sitios a visitar, que vaya cuanto antes porque están teniendo problemas para mantener en pie los barracones de Birkenau…de todos los que están en pie, ya sólo 2 se pueden ver…porque se están cayendo a cachos. Y quien no lo tenga en la lista, que lo apunte. No voy a decir mucho más, sólo que la visita es impactante. Ah, y tema práctico, se lleva en bus desde la estación central, tarda hora y media y cuesta mucho menos que contratar un pack de transporte + visita.

Y ahora el tema más interesante: la comida. Por unos 10 euros o menos te pones como un cerdo de comer (con bebida). Curiosamente, tomar café es bastante caro para lo barato que es lo demás. 2,5 euros más o menos. Cosas que no os podéis perder: Pierogi (pasta rellena), barszcz (sopa de remolacha) żurek (sopa de harina de sabor ácido), bigos (col fermentada ácida con trozos de carne) (como 1 kg de codillo de cerdo), gulasz (trozos de carne hervidos con verduras), Placki kartoflane/ziemniaczane (tortas de patata), zapiekanka ( pan con cosas encima, estilo panini) y me olvidé del nombre de un queso de cabra muy rico que se come con mermelada y una salsa parecida al wasabi. Sí, comí todo esto y más en 4 días J


Ala, todos a reservar vuelo!