lunes, 2 de agosto de 2010

Valiente

Os ha pasado alguna vez el conocer gente de esa de la que en un minuto te convierte un funeral en una macro fiesta? Alguien que llena de luz una habitación oscura? Que hasta en el peor momento tiene una sonrisa que regalar? Que se preocupa más de los demás que de sí misma? Ese tipo de gente que aunque quiera no puede pasar desapercibida? Y qué pasa si esa persona pierde su luz? y ya no sonríe?

Yo conocí a una de esas personas hace ya muchos años, por ahí por 2001...buff va a hacer ya como 9 años!!! Bueno, la conocí a ella y a unas cuantas personas más! En mi primer día/semana/mes de Universidad. La primera vez que hablamos pensé, se le ha ido la pinza, necesita urgentemente un loquero porque esta persona no puede estar cuerda. Luego piensas que está como sobreactuando, que va de gracietas para caer bien la gente. Luego pasas a preguntarte qué desayunará esa persona para aguantar el día entero a ese nivel. Al cabo del tiempo la conoces y te das cuenta de que es puro nervio, que no va de graciosa sino que ella es así, y que si escarbas un poquito hay una gran persona dentro, alguien en quien puedes confiar y a la que puedes tomar en serio.

Ella es una de las pocas amigas de verdad que tengo de la carrera, una de las pocas amigas de la carrera durante la carrera y una de las pocas amigas de la carrera una vez acabada la carrera. Durante estos dos años y pico de mi exilio hemos hablado de vez en cuando por internet, y nos hemos tomado un café casi siempre que he venido. Aún así todo me pilló por sorpresa, no lo supe ver venir, y cuando ella me lo contó...pues me quedé bastante de piedra. Recuerdo que había estado en Zaragoza yo, y que habíamos quedado en vernos una mañana, pero me mandó un mensaje diciendo que estaba pochilla y no podía quedar. Vale, no hay problema. Al día siguiente me iba a Bruselas el fin de semana y el lunes volaba de vuelta a Glasgow. Estando en Bruselas recibí un email suyo con una serie de cosas que bueno, no quiero dar detalles ni decir exactamente de qué va todo esto, pero me dejó sentada en el sofá, con los pelos como escarpias y sin poder pestañear. Me quedé completamente congelada. De esto que no puedes ni moverte, ni hablar, ni siquiera manifestar de algún modo lo que sientes.

Despues de esto, pasó un par de meses hasta que volví con a España y quedé con ella. Y se me cayeron las bragas. Literal. Es uno de esos momentos en el que recuerdas todas esas frases que la gente dice de cada uno recoge lo que siembra, a cada cerdo le toca su san fermín, todo el mundo tiene lo que se merece...y un cuerno.

Este sábado la ví otra vez (entre medias nos hemos visto más veces, que conste, tantas como hemos podido, porque tenemos nuestras limitaciones), fuimos a ver una peli, y a tomar un cafecito, y bueno, las cosas del palacio van despacio, pero creo que va dando pasitos, y para mí cada paso que da me hace esbozar una sonrisa. Sé que a ella le gustaría no dar pasos, sino correr, o dar saltos, pero bueno, como me decían en el cole, despacio y con buena letra. Me gustó verla de nuevo, de ver una sonrisa de verdad, no una forzada, de ver su positivismo, sus ganas de seguir dando pasitos. Un día de estos además de sonreir le brillarán los ojos. Un día volverá a ser ella completamente y todo esto sólo será un recuerdo, una bromita de estas que te gasta la vida, tan japuta como siempre. Un día la vida le devolverá todo lo que ella ha hecho por los demás, y le pagará por todo este mal rato que ella está pasando.

Ver cosas y situaciones como estas te ayudan a relativizar, a ordenar lo que importa o lo que no, para qué llorar porque se te ha roto el ordenador? Guarda tus lágrimas para problemas reales. Tambien te enseña a no juzgar. No puedes. No sabes lo que hay detrás de la persona que juzgas, quizás no es lo que tú piensas...posiblemente estas siendo injusto. Mientras yo estaba en Glasgow quejandome de todo, dejando que tonterías me afectaran psicológicamente, torturandome voluntariamente, mientras yo perdía el tiempo preocupandome por gilipolleces, hay gente que tenía preocupaciones de las de verdad, problemas reales por los que preocuparse. Mientras yo hacía castillos en el aire, y soñaba con principes, hay gente que no planeaba más que hasta la hora de irse a dormir

Es una valiente, una luchadora y se merece lo mejor. Yo en su lugar....no quiero ni pensarlo, pero no estaría tan bien como está ella. Desde aquí mi más sincero apoyo (que ya lo tiene desde hace tiempos), y mi más sincera admiración, ole tus huevos, ojalá los tuviera tan bien puestos como tú.

Siento no ser más clara al escribir este post. Es una historia que no me pertenece y que por tanto ni debo ni quiero contar. Tampoco voy a decir quién es porque hay mucha gente que nos conoce y que no sabe nada de nada. Pero estaba pensando en ella, me he puesto a escribir...y bueno. Aquí está. Si lo leéis es porque ella me ha autorizado a ello, porque previamente le voy a pedir permiso. Y si no lo leéis, esto queda entre ella y yo :) , para el recuerdo, algo que contar a los nietos

3 comentarios:

  1. Sigue apoyándola todo lo que puedas. En los momentos bajos es cuando debemos estar con aquellos que queremos pues es cuando más nos necesitan.

    ResponderEliminar
  2. Muchas veces con el pequeño esfuerzo de estar ahí, haciéndoles olvidar por un rato lo que están pasando, o incluso hablando de ello con naturalidad y sin tabúes ya estamos ayudando.

    ResponderEliminar
  3. A cada cerdo le llega su San Martín. Fermín sólo sabe de toros, capulla.

    :)

    ResponderEliminar