lunes, 6 de mayo de 2013

Maastricht II

Ya os dije aquí que me había encantado Maastricht y que pensaba volver. Lo que no sabía es que iba a volver tan pronto. No estaba planeado, pero los astros hicieron que Blokker tuviese  una de esas Dagkaartjes por 17 euros a la vez que me visitaba Lorena y que yo tenía un día libre. Cuando compras uno de esos billetes especiales quieres irte cuanto más lejos mejor para amortizar el precio, así que decidí llevar a mi visita a la ciudad del sur. Me llevé el mapa que compré la última vez por 1,60 euros y que no usé, pero esta vez lo amorticé de lo lindo. Básicamente seguimos el mapita y la ruta que describe (de 1,5 horas más o menos) y que os voy a ir contando por aquí:

La ruta comienza en el Dinghuis (casa cosa?), que es donde está la oficina de turismo. De ahí hay que dirigirse hacia Kleine straat y coger la segunda calle a la derecha ( Maastrichter Smedenstraat). Esta calle es una calle comercial y se encuentra en  la parte más antigua de la ciudad, que pertenecía al fuerte romano (sí, los romanos llegaron a Holanda). A continuación fuimos a ´Op de Thermen square´ que, como su nombre indica, era donde estaban las termas romanas. Se pueden ver marcadas en el suelo, aunque tienes que saber que eso eran las termas, sino, no lo identificas. Las de Zaragoza se conservan mucho mejor. Después fuimos por Morenstraatje hasta Stokstraat, donde se supone que había una cárcel ( de ahí su nombre). Ahora está llena de tiendas en las que mi salario no me permite ni entrar (Armani, por ejemplo). De ahí fuimos a la plaza ´Onze Lieve Vrouweplein´

Esta plaza podría ser como el equivalente a Neude, con muchas terrazas y bastante ambiente. El nombre le viene de la basílica que tiene allí. Por dentro es bonita (no dejan hacer fotos) pero lo que más me llamó la atención es lo oscura que es. No entra casi luz por las ventanas y no la tienen iluminada para nada. Dá una sensación un poco tétrica. Es pequeña así que se ve en poco rato.

Siguiente punto de nuestra ruta fueron las murallas que rodeaban la ciudad. Nuevamente me recordó a Zaragoza el echo de que estuviesen frente al río, pero están mucho mejor conservadas claro, no parece que se haya estampado un bus en ellas (como sí pasó en la de Zaragoza). No ví estatuas romanas cerca aunque sí un grupo de jóvenes en la edad del pavo vestidos de camuflaje revoloteando. Si caminas por la parte superior de la muralla hasta el final llegas a una placita muy mona así como la puerta de entrada más antigua de Holanda (Hells Gate). Una vez atravesada la puerta te encuentras el Pesthuys (un antiguo molino sin forma de molino). Si te adentras en el parquecito, junto con un montón de niños en la hora del recreo, te encontrarás de Pater Vincktoren ( una torre con similitud a las torres en las que encerraban a las princesas de pelo largo y que el príncipe rescataba) y unas casas muy monas que se llaman  ´the Faliezusters´ , que fueron habitadas por unas monjas que seguían la orden de los monjes franciscanos. Son la típica hilera de casas de 2 plantas.

De ahí tiramos a Sint Pieterstraat hacia Tafelstraat. En la placita a la que llegamos, paramos y comimos unos sandwiches muy ricos (en un bar que se llama Lure, por si a alguien le interesa. El camarero estaba de buen ver y pareció gustarle tener un par de clientas españolas)

Una vez lleno el buche, y con tiempo menos agradable (empezó a lloviznar) cogimos la calle Grote Looierspoort hacia Achter de Molens. De ahí hacia klein Grachtje, Verwerhoek (que pena que los edificios sobre el canal estaban con andamios) y luego hacia Lenculenstraat. En el número 33 está el Maastricht Theater Academy, y previamente fué un orfanato para niños protestantes. Seguimos hacia Bouillonstraat y, justo en el cruce con Sint Servaasklooster nos quedamos patidifusas con la imagen de una torre de iglesia rojo arcilla. Qué bonita. Lástima que las fotos nos salieron de culo.

De ahí tuvimos la genial idea de salir por patas a uno de los bares que hay en la Vrijhof...y gracias a ese olfato que tuvimos, no acabamos caladas hasta los huesos. Mientras tomabamos café en un café marrón al son del ´Lang zal ze leven´ (cumpleaños feliz tulipán) vimos caer el diluvio universal. Y se nos acabaron las ganas de seguir de turismeo. Sacamos unas pocas de fuerzas para visitar la librería que Selexys tiene en la ciudad y que está instalada en una antigua iglesia dominicana. Digno de ver. Me  hizo pensar en una amiga bibliotecaria que tengo y que seguro la conoce sin haber pisado Maastricht...

Y ahí acabo nuestro trayecto. Un día, y unos 17 euros, muy bien aprovechados.

5 comentarios:

  1. ¡Nosotros hicimos lo mismo allá por febrero! ¡Solo que cuando llegué a la ciudad, quise mudarme inmediatamente! ¡Me conquistó muchísimo! Y eso que fuimos en Carnavales y yo pensé que no la íbamos a disfrutar con todo el trasiego de gente disfrazada. Pero quiero volver pronto. :)

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  2. ¿Qué es eso de las dagkaartjes de Blokkers? ¿Billetes de tren para irte a donde te de la gana por 17€? Eres una fuente inagotable de información

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  3. Aquí lo expliqué http://pelochalivingabroad.blogspot.nl/2012/10/kruidvat-trein-dagkaartjes.html Además de kruidvat, también lo venden Blokker y AH, cada uno en momentos diferentes y con precios diferentes :)

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  4. Aaahhhmmmm, gracias por la información. Hace poco que sigo tu blog :) y repito eres una fuente inagotable de información súper-útil.

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  5. Hija mIa! qué casualidad! Yo he hecho lo mismo ayer con P!! pero más a nuestra bola y sin diluvios, mas bien en plan veranito, yupi!

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