Kinderdijk

La visita de Lorena ha dado mucho de sí. A esta chica no le gusta estarse sentadita en el sofá, así que cada vez que viene (y esta es la tercera vez) nos vamos de picos pardos a visitar país. Aprovechando que el domingo hacía solecito, y no hacía aire, decidimos irnos de paseo por Kinderdijk.

Kinderdijk está más o menos a las afueras de Rotterdam y viene a ser una sucesión de molinos puestos todos unos al lado del otro, con un camino por medio y unos cuantos canales. El paisaje es de lo más bucólico.

Aunque a primera vista parece que los molinos están puestos de forma ´bonita´ en realidad no es así, están colocados en anillos o hileras y tenían la función de sacar el agua sobrante y evitar que la zona se inundase con las crecidas del nivel del agua. Todo esto porque la zona está en un polder (osea, territorio robado al mar) y por debajo del nivel del mar. En la actualidad, los molinos sólo hacen bonito a la vez que atraen turistas y a cambio, hay al principio una turbina que hace el ´trabajo sucio´ de sacar el agua. Estos molinos además son patrimonio de la humanidad (UNESCO)

El paseito por el camino que va enmedio de los molinos es gratis, aunque el garito está bien montado para hacer creer a los turistas (que van en manadas de autobuses) que hay que pagar. En realidad sólo hay que pagar si quieres ver los molinos por dentro, son 6 euros (un robo a mano armada teniendo en cuenta que hay molinos mucho más baratos o gratis)

Nada más llegas al sitio, si no eres listo, pagas 5 euros de parking (hay zonas un poco más apartadas en la que aparcar es gratis en el fin de semana). Luego, ves un cartel enorme señalando a las taquillas que pone ´tickets´ así que tú te piensas que hay que pagar. Luego hay un cartelito que pone en grande ´Buy your tickets here´ (compra tu entrada aquí) y en más pequeño algo como ´para ayudar a la conservación del lugar´ , pero claro, entre el tickets enorme, y el buy your ticket here, la mayoría de los pardillos turistas se ponen a la fila y pagan los 6 euros. He de confesar en este punto que en mi primera visita al lugar, pasé por caja, pero a la segunda he aprendido y va a pagar quien yo te diga.

El sitio es uno de esos lugares en los que vas un día soleado y sin viento. Con aguacero (como en mi primera vez) la cosa no tiene tanta gracia y las fotos son una mierrr...eso. Aunque bueno, en un día soleado no te apetece mucho irte a un lugar plagado de turistas que van en manadas de 100, así que probablemente sea uno de esos sitios a los que llevar a las visitas si tienen suerte de que les toque un día soleado y no sean de esos tocapelotas que sólo quieren ir a Amsterdam a fumar porros de turismo.