Kizomba

Os he contado que me he apuntado a clases de baile? Yo creo que no. Y me diréis, por qué? Eso mismito me pregunto yo cada jueves de 9 a 10 de la noche, por qué me he metido yo en este berenjenal, y además de echarle la culpa al tulipán también he llegado a la conclusión de que soy tonta de libro.

Resulta que una tiene la suerte de tener un novio que baila. Y es doble suerte, porque además baila muy bien. Dicen que los holandeses son de cemento y no saben moverse. Ese no es el caso del tulipán. No sabéis cuantas veces he oído decir a mis amigas jó que suerte que el tulipán baila, mi novio es el típico sosainas que se queda en posición guardaespaldas y, como mucho, mueve la cabeza si está de buen humor. Claro que yo no veo esto como tener suerte, sino desgracia.

En todo este tiempo también he pasado como medio millón de veces por la situación en la que tu novio te presenta a alguien conocido y automáticamente esa persona te dice, y tú donde bailas salsa? Con el consabido 'yo no bailo salsa" como respuesta. Siguiente pregunta es 'y qué bailas pues?" Y cuando respondo nada veo sus caritas de pena...pobrecita Pelocha, que no baila nada. Como si el no bailar fuese una discapacidad o una enfermedad.

Y para continuar, el tuli me ha dicho un par de veces eso de que le gustaría bailar juntos. Al final cedí. Con la condición de que no fuese salsa (qué manía le he cogido a la puñetera salsa).

Claro, una se compromete rápido, elije el baile rápido y paga la suscripción rápido. Así sin pensar en que quizás no es buena idea apuntarse a clases de baile si todo lo que te falta de coordinación te sobra de sentido del ridículo y verguenza. Y así, feliz en mi ignorancia me presenté en mi primer día de clase, como cerdito sin saber que va camino al matadero. Al tulipán 'se le olvidó ' mencionar que muy posiblemente el resto de gente apuntada al cursillo de principiantes de Kizomba ya está en niveles avanzados de salsa, que yo iba a ser posiblemente la única novata y que además, no sólo iba a bailar con él sino con todos los tíos de la clase. Sabio tulipán. Si me lo llega a mencionar no aparezco por clase. Temores confirmados. Soy la única novata. La única que anda más perdida que un pavo el día de Navidad. La única que se entera de las instrucciones a medias porque, obviamente, la clase es en holandés (con algunas palabras en portugués)

Llevo ya dos clases, y aunque la segunda fue mejor que la primera, todavía me estoy acordando de esa noche en la buhardilla de mi casa en Zaragoza en la que, voluntariamente, me registré a las clases. Se me tenía que haber colgado el Internet.

Y si os preguntáis que es Kizomba, aquí tenéis un video: