Luego llegas a casa y te encuentras con dos ramos de rosas colocadas en tus dos mesas, y decides que sí, que esos dos ramos de rosas, o más bien lo que hay detrás, o quien hay detrás, compensa una tonelada de estiércol que te pueda caer encima.
Y es que dicen que la felicidad está en las pequeñas cosas, pero esas pequeñas cosas son muy grandes.
Y quien dice rosas, dice un día ´gezellig´ con unos amigos, un lametón de tu perra, encontrar pan rallado en el AH (o cualquier otra cosa que lleves siglos buscando sin éxito), etc etc
Totalmente de acuerdo...
ResponderEliminaral final son las pequenyas cosas las que nos alegran la vida y nos llevan a disfrutar de las "grandes"...
Paneer Meel, a mí también me costó...
ResponderEliminarMuy de acuerdo!!! yo todavia no encontre el pan rallado, tendre que inspeccionar a fondo el AH que tengo cerca de casa...Eso si, un dia lo hice yo en casa y tambien me sorprendio el resultado, quedo muy rico!!!
ResponderEliminarSigue disfrutando de los pequeños momentos, son los que merecen la pena...
Zlavi
Pues claro que sí mujer :-))
ResponderEliminarY mientras tanto, poco a poco, sigamos sonriendo :-))
Un abrazo,
Paquito.
La felicidad debería ser el medio, no debería ser el fin.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo.