Nevada

Me he levantado con la mayor nevada que han visto mis ojos....y seguía nevando. Cuando he ido a sacar a los perros (estoy en el pueblillo) la nieve me llegaba a la espinilla, a mitad de camino entre el tobillo y la rodilla. Nunca había pisado tanta nieve junta. He cogido las botas de pescadora de Marta, y doble calcetin, porque obviamente, salir con mis zapatillas deportivas no hubiese sido una idea muy brillante....claro que Marta calza un 43 y yo un 38...

Me he enfundado el abrigo, el gorro, las orejeras, los guantes de nieve de Marta, y he decidido tener una actitud positiva hacia la nieve. Total, no puedo cambiar el hecho de que la nieve casi me sepulte. Por lo menos disfruto de la experiencia.

Los dos perros estaban encantados, corriendo de un lado a otro, mordiendo la nieve, cazando las bolas que yo les tiraba....yo iba feliz hundiendo mis pies en la nieve, porque las superbotas no han dejado que se mojen los pies, y porque tanta nieve junta no resbala. Me gusta el sonido de la nieve cuando cruje bajo mis pies.

Los vecinos del pueblo estaban pala en mano despejando la entrada a sus casas, los niños lanzandose con trineos por las cuestas...nunca había visto niños en trineo...de hecho...nunca había visto a nadie en un trineo...Más niños haciendo muñecos, tirandose bolas....ahí he visto, una vez más, lo poco preparada que estoy yo para la nieve que, según las amenazas de Mortizia (y me consta que sabe de lo que habla) voy a sufrir....y es que la gente va con botas de esquí por la calle...de esas de las que con solo mirar ya se te calientan los pies....a su lado las botas de pescadería es de aficionados. Y mis deportivas son directamente de gilipollas. Muchos niños llevaban pantalones de esquí....los más pequeñitos iban con el mono entero. Algunas señoras mayores andaban por la calle con bastones de esquiar.....yo llevaba dos perros tirando de mí. Me faltaba el trineo. Pero bueno, hoy hubiese caído en mullido.

Pero, mientras yo estaba intentando disfrutar de la nieve, me ha llamado Marta diciendo que los han mandado a todos a casa del trabajo, que a las 14h dejaba de funcionar los autobuses en Amsterdam. Son las 18.15 horas y Marta sigue sin poder alcanzar Schiphol, donde tiene su coche, desde Amsterdam, es un trayecto en tren de 15 minutos solamente, y ella lleva ya 5 horas. Y ni siquiera sabemos si Robert va a poder aterrizar esta tarde/noche en el aeropuerto...

Y mañana es el día en que toda esta nieve bonita se congela y yo me meto resbalones por la calle...y juro en hebreo, y escribo un post de mala leche sobre la nieve...pero por hoy vamos a dejarlo en qué bonita es la nieve si estás en casa y no tienes que ir a ningún lado obligatoriamente...