Del 17 al 20 estuve en Tallín en un curso al que me envió un curso. Y como dijo mi amiga P. al ver el album de fotos en mi Facebook 'Qué pueblín tan mono!!!!" Un pueblín que resulta ser la capital de un país llamado Estonia :D y como tal, es la ciudad más poblada del país, aunque no llegan a 500.000 habitantes.
En realidad, la denominación de pueblo de viene ni que pintado, porque es una ciudad super pequeñita, que se puede ver perfectamente en un día (sobre todo en verano, cuando los días alargan). Yo tuve la genial idea de poner en Couchsurfing un mensaje pidiendo a algún local que me enseñara la ciudad y una chica muy maja, Kristina, me contestó. Fué una compañía estupenda y una mejor guía, y no sólo nos enseñó la ciudad sino que además me ayudó a atisbar un poco la personalidad Estonia, y como no, la gastronomía.
Respecto a la personalidad Estonia, yo pensaba que iba a ser un poco como la que me encontré en Praga:
gente fría y con pocas maneras, un tanto desagradables. Pero no, los Estonios son una gente muy amable y muy serviciales. Esta chica lo primero que hizo es intentar quitarnos las bolsas que llevabamos con los souvenirs para llevarlas ella y que nosotras (yo y otras dos desconocidas extranjeras que conocí en el bus del aeropuerto) pudiesemos disfrutar mejor del tour. Se me quedó cara de idiota. Una chica queriendo llevar nuestras compras. Eso no lo ves en Holanda ni viniendo de los hombres. Por supuesto que declinamos la oferta aunque K. insistió (hasta que se dió por vencida :p ) Otra muestra de humildad que tuvo fue no querer que le invitaramos a la cena. Cuando os cuente luego los precios de las cenas os vais a reir de lo que nos tocaba pagar a repartir entre 3 para invitarla. Fuimos más cabezonas nosotras, y como muestra de agradecimiento le pagamos la cena :D . Cuando volví a Holanda recibí otro mensaje suyo para comprobar que estaba bien de vuelta en Holanda y que me lo había pasado bien. Así da gusto conocer gente. Un buen ejemplo para su país.
En cuanto a la comida, hay que distinguir muy bien entre restaurantes locales, con precios locales, y los restaurantes para turistas donde te pegan un sablazo que te dejan temblando. A ningún Estonio se le ocurre comer en la plaza de la ciudad ni en ningún otro punto de la ciudad. Teniendo en cuenta que el salario mínimo en el país son 320 euros no puedes pagar una comida a 20. Kristina nos llevó a comer a un lugar llamado 'Boheem" donde comer me costó 10 euros (más los 10 euros a repartir entre 3) El restaurante está en una zona a las afueras de la ciudad con muchas casitas de madera. Otro día cenamos en un restaurante muy cuco en la calle Roseni. Platz se llamaba el restaurante. 6 euros pagué por una sopa riquísima de nombre poco acertado 'Viagra Fish Soup" Si comparas los precios con los que hay en españa te parecerá caro, especialmente cuando el salario Estonio es la mitad del Español, pero si lo comparas con los precios de comer fuera en Holanda es pagar una miseria.
En cuanto a la ciudad en sí, como he dicho, me recuerda a Praga en el sentido de que es como una ciudad de cuento de hadas, con las fachadas de las casas pintadas de diferentes colores y muchos detalles. Al mismo tiempo, se respira el ambiente ex comunista, se ve en los edificios. No sé explicar cómo porque en realidad yo sólo he visitado 3 ciudades ex comunistas (Berlín, Praga y Tallín). Recordar que hasta 1991 Estonia formaba parte de la Unión Soviética...y sólo entró en la UE en 2004. Además, antes de pertenecer a la Unión Soviética perteneció a Dinamarca, Alemania y Suecia. Vamos, que les pasó como a España, que los invadía todo cristo. Desde su independencia de la Unión Soviética parece ser que la economía del país ha mejorado tremendamente, especialmente gracias al turismo. Y no me extraña que hagan caja con los turistas, ya os he contado lo que cuesta un menú para turistas. Y cualquier pingo que quieras comprar como recuerdo de la ciudad tiene precios que un Estonio no puede pagar. Una cajita de 100 gramos de almendras (muy típicas) te cuesta 10 eurazos (me sentí atracada).
Cosas para ver en la ciudad. Recomendaría ver las murallas, la entrada vieja, Pasaje de Katariina, Raekoja plats, la farmacia que hay en esa plaza (yo no pude verla, pero es la más antigua del mundo), la calle Pikk, iglesia de San Olav, pero, sobre todo, no dejéis de visitar la Catedral de Alexander Nevski, es impresionante. No esperéis ver una catedral normal, su fachada es rusa total, y por dentro es una iglesia ortodoxa. Lo que no os recomendaría para nada es hacer el Kilómetro cultural ni visitar el museo 'Lennusadam - Seaplane Harbour' . Es muy caro (10 euros, o 15 si quieres ver la exposición de Titanic, que no entiendo muy bien por qué está ahí) y se ve en 15 minutos. Tiene un par de maquetas de barcos gigantes y poco más. Realmente es la basura más grande que he visto en mi vida junto con el atraco a mano armada del museo Madame Tusseaud en Amsterdam. Como dijo Kristina, una vez que has puesto un pie ahí, no quieres volver ni recomiendas a nadie hacerlo. Y el km cultural de cultural no tenía nada de nada. Por la única razón que mereció la pena fue por pasear un poco por una zona menos turística y ver como aún se conservan/construyen muchas casas de madera (como la que veis en la foto, sólo que esa está en la zona donde está la universidad). Por cierto, no sé como acabamos medio perdidas en un almacén con muchos puestos de ropa...compré unos guantes de lana muy monos y muy calentitos para el invierno por 10 euros (en el centro se vende por el doble). Lo malo es que nos sentimos como un par de conejillos en una jauría de lobos. Se nos echaban encima casi obligandonos a probarnos sus bufandas, gorros, guantes etc...
Y qué se compra uno de souvenir que no sea las almendras esas que valen una pasta? Fácil, vete a un supermercado y compra queso de Estonia, chocolate de frambuesa o de cereza, licor de Tallinn, crema de Tallinn y te costará mucho mucho mucho más barato que comprarlo en la tienda de souvenirs. Eso sí, no busquéis un super en el centro de la ciudad...ah! y no compréis ambar, no es de Estonia!!!! (aunque te quieran hacer creer que sí)
Me alegro de que te lo pasaras tan bien: aquellas latitudes son extrañas en muchos aspectos, pero humanamente tienen "algo" que, curiosamente, en latitudes más próximas a la nuestra, parecen brillar por su ausencia.
ResponderEliminarCon respecto al atraco guiri... En fin: aprenden rápido (vete a la costa española y verás cómo les venden Paella congelada del Día como si hubieran plantado el arroz sus abuelos :-))
Hora de seguir leyendo tu blog (se me acumulan los posts: un desastre :-)).
Un abrazo,
Paquito.
Yo conocí Tallin cuando estuve de erasmus en Helsinki. Para nosotras era una manera barata de pasar el día (i/v por unos 10€), comer mucho y rico de manera barata (en Finlandia subsistíamos) y volver con alcohol mil veces más barato. Casualidades de la vida, regresé a Tallin cuando Estonia ingresó en el euro...aquello fue impresionante. Los precios que el día anterior eran normales, subieron una pasada el día que se implantó el euro...alucinada me quedé! De un día para otro!
ResponderEliminarVolví en 2011 y más o menos lo que tú cuentas. No es que antes no fuese turístico, pero lo de estos años ha sido demasiado. Es una ciudad a la que le tengo especial cariño y me da pena ver en lo que se ha convertido.