jueves, 5 de diciembre de 2013

Mis vecinos

Creo que nunca os he hablado de mi barrio y de mis vecinos, y ya va tocando. Vivo en un barrio muy multicultural, hay una mezcla de nacionalidades y culturas bestial. En cambio, mi calle no puede ser más holandesa, con sus casas de dos plantas, sus ventanales sin cortinas decorados al gusto del inquilino, sus macetas en la puerta (si no tienes jardín, móntatelo en la puerta) etc etc.

En mi calle hay una mezcla de familias con niños con el pelo rubio como una bombilla, un par de casas de estudiantes, y gente joven independiente/parejas jóvenes. Pero lo que más se siente es el ambiente familiar, lo que significa que, a pesar de estar justo al lado de una gran avenida ruidosa y caótica, en mi calle se oyen los pájaros cantar durante el día, y no se oye ni un sólo ruido por la noche. Gracias a dios. No me gustaría vivir entre fiestas estudiantiles.

Mis vecinos son....tulipanes o atulipanados. Holandeses u holandesizados. Y eso tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. 3 años llevo ya viviendo en la misma casa en la misma calle y hasta hace muy poco la relación con mis vecinos se limitaba a hola y adios cuando no quedaba más remedio que saludar. Con los vecinos de arriba (una pareja joven) y con los 4 vecinos de la puerta de al lado la relación era un poco más estrecha (Hola como estás, bien y tú, bien bien.) y sólo hay una vecina que se puede decir me habla desde un primer momento. Tenemos algo en común: yo tengo una pelocha. Ella tiene dos. Y su pelocho y mi pelocha están completamente enamorados tras olerse el culo por primera vez.

Mis vecinos organizan fiestas vecinales cada dos por tres. Cada varios meses recibo en el buzón un papelito de color chillón que me invita a participar en una straatfeestje, que suele consistir en plantar una mesa en mitad de la calle (que se corta al tráfico para la ocasión) y según la época del año sirven sopa u otros cocinado por una de las familias. Los demás pagan un poco (5-8 euros) Los adultos comen y charlan, y los niños juegan. . Yo soy una asocial y no me he apuntado a ninguna de las fiestas. O quizás es por verguenza o por miedo a no ser capaz de seguir muy bien las conversaciones.

Pero algo ha cambiado este verano y no sé muy bien el qué ni el por qué. De pronto mis vecinos me saludan incluso cuando me ven por el centro y pueden evitar el saludar. En la calle ya no es sólo hola y adios frío y correcto, sino que se percibe mucho más amistoso y hasta se paran a hablar conmigo. Tampoco son conversaciones transcendentes pero oye, que despues de 3 años me doy con un canto en los dientes. Hace poco el niño de una de las vecinas, de poco más de un año, estuvo un buen rato entretenido con la perra jugando mientras la madre me decía lo buena que es Veda.

Por casualidades de la vida, resultó que otra vecina (K a partir de ahora) y yo tenemos una amiga en común y un día que mi amiga y yo cenabamos en mi casa me preguntó si podía invitar a una amiga suya...pues bien, al darle mi dirección resultó que vivíamos en la misma calle. Desde entonces cenamos muchas veces juntas, vemos películas etc. Tengo que decir que ella no es la típica holandesa, como yo no soy la típica española.

No sé si eso de que sea raro el no tener relación con tus vecinos en 3 años es consecuencia de haber crecido en un barrio en el que desde el día 1 todo el mundo sabe toda tu vida y milagros. Y sino se la inventan. De echo a K le choca mucho el que todo tu vecindario sepa hasta la papilla que tus padres te daban de bebé y no le parece del todo raro que tus vecinos no sepan mucho de tí.

Yo creo que si tengo que elegir entre 'el modo español' que yo conozco, y el 'modo holandés' que yo conozco, me quedo con el modo holandés. No tengo ninguna necesidad en que mis vecinos lo sepan todo de mí, ni yo necesito saberlo todo de ellos. No tengo necesidad de hacer amigos en el vecindario ni tampoco enemigos. Cada cual en su casa y dios en la de todos, como decía mi abuelo. Pero sí me alegro del cambio pues me gustaría más una mezcla de las dos situaciones (ni tanto ni tan calvo)

Hablando con K. , holandesa, y que tampoco tiene trato con los vecinos de la calle, he llegado a la conclusión de que no sé qué ha cambiado, ni como, pero probablemente no es que mis vecinos sean unos rancios, igual es que yo tampoco he dado pie a que sean más abiertos conmigo. También tiene que ver que mi casero no es muy popular en el vecindario (la gente no quiere estudiantes en la calle) y quizás al principio asumieron que yo iba a montar fiestas en casa o algo, y con el tiempo han visto que no lleno la calle de españoles borrachos montando la fiesta del año. Y quizás tambien la barrera idiomática influyó. No nos engañemos, aquí hablar inglés saben, pero no siempre les apetece y molestarse en cambiar de idioma para hablar con la vecina nueva es una molestia. Ahora medio hablo holandés, así que la conversación en holandés puede ir más allá del hola y adios.

Otro de mis vecinos, aparte de matarme a sustos por las mañanas cuando voy a por mi bici medio sonámbula (el pobre tiene el mismo horario matutino que yo y sale de casa a la vez que yo, y diréis, si el muchacho sale de casa muchas mañanas a la vez que tú, no debería ser una sorpresa encontrarselo...pues siempre pego un bote, no aprendo) , tiene a bien el saludarme en castellano cada vez que me ve. Yo creo que su español no va más allá del hola y del adios (y probablemente del dos cervezas por favor) pero parece gustarle el practicarlas, y a mí me parece un detalle muy mono de su parte.

Creo que a la próxima straatfeestje me apunto :)

Y vosotros, qué experiencia tenéis con vuestros vecinos? Pensáis que si me mudo voy a necesitar otros 3 años para tener una relación medio amistosa con los vecinos de la calle???

6 comentarios:

  1. Con mis vecinos nada de nada. A excepción de los dos continuos a mi ranchito. Y uno porque es amigo del marido y la otra porque es española y el idioma nos une.
    Del resto, no conozco a nadie y ellos no me conocen a mi.
    La de al frente, a la que fui a su casa a presentarme cuando me mudé y hasta un café nos tomamos, se cruzó conmigo un día en el centro y me dijo: Yo te conozco de algún lado, no?
    Ehhh... no sabía si decirle que vivo en frente de su casa o si inventarle una de vaqueros.
    De todas formas no la culpo. Nunca me ve porque nunca uso la puerta de al frente. Mi vehiculo bicicletil me límita a no cruzarme con los vecinos a menos que sea por el pasillo de atrás.

    Y, yo si creo que te tomará unos 3 años conocer a tus vecinos si te mudas. A menos que te des a conocer mezclandote con la prole, que creo es siempre positivo.

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  2. Pues alguna historieta de vecinos por esta banda si que hay, pero tendrás que esperar a que termine un post que tengo en el horno sobre el mismo tema (que mira que es casualidad también). Eso si, no sé si tu barrio de procedencia era sociable sobremanera o los gallegos somos la excepción, pero yo rara vez en mi vida he tenido con los vecinos más contacto que conversaciones incómodas sobre el clima en el ascensor mientras uno o bien finge buscar unas llaves presuntamente perdidas en remotas profundidades del bulso u observa el numerito de piso esperando que avance más rápido por ciencia infusa. Saudos!

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  3. Pues con mis vecinos expatriados (no holandeses) muy buena. Con los vecinos holandeses, nula o mala directamente. He pasado por cinco casas distintas en siete anyos. En la primera tenia una vecina de Curacao que era un encanto. En la segunda, una vecina japonesa que era otro encanto. Luego empece a vivir en bloques de estos grandes de alquiler, mas de holandeses. En el primero, no tenia relacion con nadie mas alla del hola y adios. Pero eran todos amables en el ascensor y siempre saludaban. En los dos ultimos sitios no he estado a gusto. El penultimo porque los vecinos eran muy ruidosos, los de la derecha tenian broncas y los de la izquierda no, pero hubo un asesinato. Y el ultimo porque mi vecino de abajo se queja de que mi hijo de 3 anyos hace mucho ruido (lo que no es cierto, hemos forrado la casa de alfombras y siempre que tenemos visita sube a quejarse) Me tiene tan harta que la ultima vez le dije que iba a llamar a la policia. El de arriba hace bricolaje los fines de semana, lo que es legal pero molesto. Al poco de llegar aquí me tiraron la bici al cuarto de basuras porque un vecino considero que estaba en el sitio que no le correspondia. A pesar de no haber ningún cartel ni nada. Desde entonces la tengo en mi plaza de garaje. El vecino de la plaza de garaje se ha quejado, porque aunque esta en mi plaza, a el le molesta el manillar para abrir su maletero. Solucionamos el tema. Conclusión: me deben de tocar a mi los tocapelotas, intransigentes. Lo cierto es que me tienen hasta el pico de la boina y me voy a pirar. Y con respecto a tu articulo, es el idioma, seguro. Cuando les hablas en su idioma, todo es mas facil, se muestran mucho mas comprensivos y menos setas. Supongo que aprecian el esfuerzo.

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  4. Básicamente mis vecinos no me hablan, pero, eso sí, me observan mucho (en especial cuando llego con un coche grande y cosas así).

    Recientemente la vecina ha talado la mitad del seto de la entrada "porque sí" (aquí uno pasa de líos, pero dan ganas de montar otro sitio de Haarlem e iniciar la barbacoa de lechoso a la parrilla).

    En realidad, esperaban que te fueras... Pero no te vas: recuerda "no invierten tiempo en ti porque piensan que te irás"... Si no te vas, entonces se empiezan a preguntar porqué estás aquí (y que te pueden rascar: recuerda, "siempre y cuando ellos saquen algo más que tu").

    Y ya estoy puesto al día con tu blog: ahora a por el de Alfonso :-))

    Paquito.

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  5. En todos estos años mis vecinos solo me dicen hola y adiós si me los encuentro de frente, sino se hacen los locos y ni me saludan siquiera.

    A pesar de que hablo holandes,no he podido pasar del hola y adiós. Esta gente salvo raras excepciones,no dan para mas.

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  6. Hola.

    Sigo tu blog hace tiempo aunque nunca me he atrevido a escribir; llegué a él a través de spaniards, buscando información sobre trabajar en Holanda (tras ir por segunda vez como turista, me entró la vena de "esto me encanta, cómo me gustaría vivir aquí", aunque después de una intensa búsqueda de info, lectura de blogs, análisis frío y calculador, se me ha pasado el furor). En cualquier caso, he continuado leyendo tu blog porque me gusta mucho tu manera de contar las cosas que te vas encontrando en tu vida fuera de España.

    Yo vivo en España, en una ciudad a la que se tacha habitualmente de rancia (Valladolid). He vivido en Valladolid la mayor parte de mi vida (salvo por casi 3 años en Madrid y unos maravillosos 6 meses en Ponferrada), y apenas he tenido relación con mis diferentes vecinos. Actualmente vivo en un edificio bastante nuevo, lleno de gente joven, y la mayoría, si pueden, se giran para no decirte ni hola ni adiós, y si te contestan cuando lo dices tú, es con la boca pequeña. Pensé que al ser un sitio con mucha gente joven habría un ambiente más agradable y convivial que el que he visto en otras comunidades con gente de mayor edad, pero me equivoqué.

    No es que me gusten esos sitios donde todo el mundo está al corriente de todo sobre todos los demás, pero me agradaría un poco más de vida vecinal, más allá de la junta anual de vecinos y del hola y adiós en el ascensor.

    sl2

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