jueves, 7 de enero de 2016

Me he vuelto demasiado tulipana?

Dos semanas he estado casi en España. Suficientes para ver a la familia, ver a los amigos, enterarme de buenas y malas noticias y como siempre, para darme cuenta de que cada vez soy menos de aquí.

Y cómo te das cuenta de eso? Cuando las tulipanadas ya no te sorprenden tanto y en cambio las españoladas sí. Caminar por calles muy llenas me agobia en ambos países, pero me he acostumbrado a que la gente camine de forma organizada. Caminas en el lado derecho. Toda la gente que camina en tu dirección lo hace por el mismo lado que tú, formando una columna, y los que caminan hacia el lado contrario, van al otro lado, también en orden. En Zaragoza no. Cada cual anda por donde le sale por los pies. Eso hace que me vaya chocando con la gente constantemente. Y me molesta!

En el tranvía, que la gente se avalance hacia dentro en vez de dejar salir a la gente primero. Yo soy la única idiota que espera, y si me descuido, me cierran la puerta en las narices.

Una cosa que también me llama mucho la atención es que los camareros en los bares/restaurantes no sonrían, ni te pregunten si todo lo que comiste estaba rico. Y que tú sí sonrías y trates de ser amable y no mejore mucho la cosa. Por eso, entre otras razones, cada vez que voy a Zaragoza me gusta ir a los mismos bares, a los bares donde me conocen y donde me siento bien tratada. Mis visitas obligatorias incluyen el Maremoto, el Ghallagers y como no, la Cucaracha.

Y hablando de servicio al cliente, en Sants fui a preguntar si podía cambiar mi billete a algún tren anterior. Tenía un billete flexible, y sé que si tu vuelo se retrasa, puedes cambiar el billete y coger el tren más tarde, pero no sabía si al revés también ´se vale´ . Voy a preguntar, toda yo con mi sonrisa, amablemente....y el imbécil de renfe me contesta con recochineo que esa es la gracia del billete flexible. Me cambia el billete y me añade ´pero te tienes que estar calladita eh, mona, nada de llamar a todas tus amiguitas, que vas en vagón silencioso´ . Me puso de mala hostia, pero cogí mi billete y me fuí....

Y vagón silencioso los cojones. El de delante mío roncando como un cerdo, el otro resolviendo sus negocios por teléfono, etc etc

Lo que sí me gusta de España, aunque a veces me incomoda, es que la gente no disimula. Si alguien que se cruza contigo quiere mirar tu atuendo, te va a hacer unos rayos X de lo más descarados...y si tienes suerte, por su careto, hasta vas a saber si le gustó o le parece hortera. En Holanda no te mira ni diossss. Claro que en España, si el que mira es de genero opuesto al tuyo (un hombre en mi caso) no suele quedarse en una mirada, suele venir acompañado de un comentario. Y ahí tienes de todo, desde el comentario simpático, el que te llama guapa sin más, el que te dice una soez, el maleducado...Yo me quedo con el abuelillo que me ha parado por la calle para llamarme guapa y decirme que tengo los ojos muy bonitos. El señor ese probablemente tiene en la cabeza lo mismo que los cenutrios que dicen burradas sobre mi culo en un bar, pero les da mil vueltas en elegancia. Supongo que es lo que tiene ser rubia, que en Holanda me mimetizo y en España resulto exótica...

10 comentarios:

  1. A veces no hace falta salir de España para encontrar cosas raras en tu ciudad. A mí me pasa cuando voy a Madrid y agradezco el orden que se guarda para subir las escaleras mecánicas. Cuando vuelvo a Zaragoza me fastidia el poco orden que me impide adelantar a alguien si llevo prisa.

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  2. anonimo veneciano9 de enero de 2016, 14:37

    Si hubieras puesto a Inglaterra como ejemplo de urbanidad frente a España te daría la razón,pero que me pongas a Holanda como ejemplo,esta muy mal,porque aquí no saben lo que es guardar cola en el transporte publico o en el cine.
    Y no digamos lo de aguantarte la puerta para que pases. En el supermercado,cuando abren una caja nueva se tiran todos como bestias y el que estaba el ultimo de la fila pasa a ser el primero.
    Yo también he estado en España en Navidad y me llamo la atención que al llegar a la cola del súper con un solo producto,me dejaran pasar,no solo el que estaba delante de mi,sino el siguiente,eso en Holanda es impensable.
    En cuanto a que al ser rubia en Holanda te mimetizas y en España resultas exotica,pues muy bien,pero en cuanto abras la boca,se daran cuenta que eres española de pura cepa por muy rubia que seas.

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    1. Re-bienvenido por aquí veneciano :) Pues fíjate tú que de ayer mismo he sacado otro ejemplo de civismo...y en cuando me deje la gripe, lo pondré en un post...

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  3. Yo también he tenido esa sensación cuando he estado visitando a la familia. Eso sí, creo que hay que unirle el handicap de pueblo de provincias, porque no ser capaz de encontrar remolacha (la de verdad, no la recocida y envasada) en dos pueblos de +50.000 habitantes me parece triste...

    También, tuve la sensación constante que la gente grita en vez de hablar. Todo el tiempo y en todos sitios.

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  4. Pelocha, bastante de acuerdo en todo pero... lo de la gente que anda de forma organizada... Yo estoy hasta las narices de que gente que anda más rápido que yo, en lugar de adelantarme se queden pegaditos pegaditos a mí, les llamo los mochileros, a nadie más le pasa? Y el vagón de silencio... aquí en Holanda también hay gente que se lo pasa por el forro, especialmente la gente que lleva niños, que parece que en éste país (también) lo tienen todo permitido. Muy de acuerdo con el trato en bares y restaurantes, en Holanda siempre es impecable, aunque tampoco tengo gran queja de España en ese sentido

    J

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  5. Un día de estos hago un video en hora punta de la estación central de Utrecht, para que entendáis a lo que me refiero cuando digo que andan ordenados...

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  6. Será que no conozco bien Zaragoza, pero conozco Atocha y he pasado por la de Utrecht central más de dos años, y no veo grandes diferencias, y si comparamos con Amsterdam central incluso menos jejejeje

    J

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  7. Somos turistas muy bien informados: así me siento ahora cuando bajo al terruño...

    También me doy cuenta de según qúe cosas: el vagón silencioso del AVE es el equivalente al vagón normal de los trenes aquí (ni me quiero imaginar lo que puede ser el vagón normal por allí abajo: estoy viendo a los mariachis dándolo todo :-)).

    Sobre la amabilidad: curiosamente, por allí abajo, noto que el servicio es muchísimo mejor (pero es Madrid y Alicante, por donde he estado morando).

    Y ni te cuento la comida :)

    Abrazos,

    Paquito.

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  8. Dos semanas me pasé yo en mi tierra y cada vez tengo más clara una cosa: cuantos menos días mejor. De esta forma te llevas lo mejor de la gente y del lugar sin darte tiempo a "refalfiar" como decimos en mi tierra.

    Hay cosas de este bendito país que siguen sin gustarme (básicamente el clima y la "cocina") pero de la sociedad española cada vez me gusta menos. Veo envidia, odio, intolerancia, egoísmo y, por supuesto, ruido, mucho ruido.

    Ojo, que mi Asturies a fuego la llevo tatuada! Eso no se duda, pero no deja de darme mucha penica ver como no se evoluciona, es más, juraría que se retrocede a una velocidad de vértigo..

    En fin, es lo que nos ha tocado vivir :)

    María

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  9. Buenas noches

    He pasado hace poco un par de semanas en España y la verdad, me he sentido un pelín desubicado yo también al principio, luego ya como si nada.

    Pero lo que tu comentas del ruido y de los modales de la gente, lo corroboro yo también.

    Me dijo mi familia que hablaba más bajito, y a poco que me rozara con alguien, se me escapaba el clásico sorry.

    Antxon.

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