Hace
unos meses escribía en este blog eso de que, en el mundo en el que yo vivo, las
distancias se acortan y que está igual de cerca Zaragoza de Madrid (hora y
media en AVE) que Amsterdam de Budapest (otra hora y media), eso de que vivimos
en un mundo en el que viajar es normal, y uno coje un avión para irse a otro
país igual que otros cogen un bus para irse al pueblo de al lado.
Todos
hemos visto por las noticias lo que pasó hace una semana con el vuelo Barcelona
– Dusseldorf. Y en Holanda también se vivió muy trágicamente el accidente en
Ucrania del avión lleno de Holandeses en Julio. Holanda es un país
extremadamente pequeño, y cuando tanta gente muere en un accidente, es casi
seguro que conoces a alguien que perdió a alguien en ese accidente. O conoces a
alguien que murió, directamente. En ese avión iban personas de mi anterior
universidad, de otra facultad. Yo no los conocía, pero ex compañeros míos sí
los conocían. También iban niños alumnos de un colegio en el que es maestro
alguien que conozco.
Cuando
ví el accidente de Barcelona, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Lo primero que
me pasó por la cabeza es que en ese avión podrían ir conocidos más o menos
directos míos. Gente que conozco en Holanda y que vuelan a Dusseldorf porque
ese aeropuerto alemán está más cerca de su casa que Amsterdam. Gente que vive
en Alemania y que conozco a través de blogs o a través de Spaniards. Un amigo
mío alemán que antes vivía en Alemania. Otros conocidos míos que trabajan en
multinacionales y que hacen el trayecto España – Alemania habitualmente. Y un
largo etc. Una vez se publicó la lista de pasajeros, comprobé que por nombre no
había nadie conocido (esto no descarta apodos en blogs/foros) y pensé que no es
del todo buena idea que este tipo de listas se publiquen abiertamente por un
diario. Encontrarme un nombre conocido no hubiese sido una forma muy buena de
enterarme de la muerte de alguien conocido.
Y otra
cosa que me pasa por la cabeza y que hablé hace poco con un amigo. Viviendo en
el mundo en el que vivo, con gente a mi alrededor cogiendo aviones
constantemente, incluso yo misma, viajando habitualmente, es sólo cuestión de
tiempo que una tragedia de este tipo me toque de más de cerca, o bien
directamente en mis carnes (Dios no lo quiera) o de gente que conozco (ojala
tampoco) más o conozco menos. Es sólo un mal rollo, un mal pensamiento que me
ronda y me pone nerviosa.
Hasta
hora, y espero que siga así, nunca jamás he tenido ningún incidente. Como
mucho, vuelos agitados o aterrizajes amenizados por el cierzo de Zaragoza…y
como he dicho, que así siga!!!! Por ahora seguiré pensando que el avión es un medio muy seguro, más que los coches, que la gente que trabaja en ellos son profesionales, y, que como dijo recientemente un piloto alemán, ellos también quieren sentarse a la mesa con su familia a cenar esa noche.
Cómo lo
veis el resto de blogueros por el mundo?