sábado, 8 de noviembre de 2014

Un pequeño paso para el hombre....

No sé si os acordáis que hace un par de años me apunté a clases de Kizomba. En este post os explicaba en qué condiciones me apunté y, con mucha guasa eso sí, lo poco que me estaba gustando. Conforme pasaron las clases yo iba odiando más y más la cosa esa. El problema de todo es que me metí en la boca del lobo casi por obligación, por demostrar a alguien que podía hacer lo que en realidad en esas condiciones no podía hacer, y acabó casi como el rosario de la aurora. A día de hoy, L, que vino a una clase a verme, se acuerda de la cara que le puse al profesor cuando me sacó en mitad de la pista a enseñarme un paso porque no me salía. Es lo peor que pudo hacer ese hombre porque ya no volví a pisar la clase: me puso en evidencia delante de toda la clase. MI cara, según L era de pánico, y ella no sabía si iba a salir corriendo de la clase o le iba a dar un guantazo al profesor.

Hace varios meses L. me dijo que quería apuntarse a clases de baile, y que si iba con ella. De qué me sonará a mí esta historia? El caso es que a mí se me quedó la espina clavada con la puta Kizomba, y le propuse hacer clase de eso. Sí, yo se lo propuse. Y por qué leches haría yo eso? Muy sencillo, me jode enormemente dejar las cosas a medias, y la Kizomba ni a medias la dejé. Y segundo, no es ese baile en sí, lo que hay detrás de todo esto es un problema de falta de autoestima y sentido del ridículo muy elevado. Esta combinación hace que me paralice en situaciones en la que no estoy cómoda y, o bien salgo corriendo, o saco las uñas. No es sólo con bailar. Me pasa también con los idiomas. NO abro la boca hasta que no soy capaz de decir las cosas que quiero decir y bien dichas. Y supongo que me afecta en otras muchas facetas de mi vida y de mi trabajo

Dicen que es de sabios el buscar tus puntos débiles y trabajarlos. Y ese es uno de los míos. En septiembre me fui a un curso intensivo de Kizomba en Rotterdam. 4 horas aprendiendo pasos. Tengo que decir que eran los mismos pasos (los básicos) que hace 2 años. Y también que el resto de la gente de clase tenía menos idea que yo, que por lo menos de algo me sonaban. Eso hizo que me sintiese más cómoda. Y el profesor realmente empezó de 0 patatero, no dio por supuesto nada. Dijo de echo, que iba a dar la clase partiendo de la hipótesis de que nadie en la clase había bailado absolutamente nada en su vida.

Un mes después, fui al segundo intensivo del mismo hombre, y habiendo olvidado todo de nuevo. Pero la primera media hora se dedicó a repetir las cosas de la vez anterior, así que bueno, salí sabiendo los pasos básicos de nuevo y algunos pasos nuevos con pinta de zancadillas varias. A partir de ese intensivo, empezamos a ir los jueves a ese sitio a bailar un rato. Por qué irse a Rotterdam e vez de quedarse en Utrecht? Esa es la única regla que le exigí a L. Yo en Utrecht no pongo un pie en los lugares de baile de salsa, bachata, kizomba, etc porque no quiero ni encontrarme a mi ex ni a sus amig@s.

A lo que iba, fuimos a bailar. Y lo de bailar es un decir. Bueno en realidad, L bailar bailó, pero la menda...Por medio, estuve en Zaragoza. Y como me conozco bien, decidí comprarme unos zapatos de salsa. Gastarme 60 eurazos (con lo mirada que soy con el dinero) me garantiza que por mis cojones no voy a volver a tirar la toalla al primer intento fallido.

El primer jueves hice un amago de medio bailar una vez con un sudamericano que se dedica a amenizar el cotarro. Catástrofe. A partir de ahí esa noche no moví un músculo más que el de las pestañas. Segunda noche de jueves, me la pasé sentada en una silla viendo a L bailar y diciendo que no a todo el que me preguntaba de bailar. Y me fui a mi casa de mala hostia y con una frustración del 25. Como coño puede ser que el miedo escénico me paralice tanto! No puedo esconderme detrás del ´bailar no es lo mío´ porque en mis tiempos jóvenes, con un par de (botellas) de martini me bailaba lo que me pusieran en las discotecas. Y era el tiempo del reagetton y la bachata. Si no tenía vergüenza alguna bailando cual zorra el reagetton, por qué no soy capaz de bailar algo más normal y sabiéndome la base? Si, el miedo a hacer el idiota, inseguridad...como queráis llamarlo. No sé muy bien describir la sensación de estar fuera de tu área de comfort y ver cómo no puedes controlar tus reacciones. Y tampoco puedo describir la mala leche y frustración que me provocó el ser consciente de todo.

Esta semana volví el jueves allí, y me supo a éxito el ser capaz de bailar 3 veces, 2 de ellas con dos que también estaban en las clases intensivas.

Y ahora mi gran triunfo. Anoche nos fuimos a Eindhoven (sí, a tomar por el culo de Utrecht) a una fiesta de Kizomba. Fui decidida a bailar con todo el que me sacara a bailar, aunque les pisara los pies, aunque quisiese desaparecer del mapa me iba a forzar a bailar. Lo peor que puede pasar es quedarme paralizada por el miedo y que el tipo lo flipe en colores. Y dicho y hecho....me pasé la noche bailando con todo aquel que me sacó. Con unos fue mejor que con otros, pero algunos hasta repitieron, así que muy muy mal no lo debí hacer. Conforme pasaba la noche me iba sintiendo más cómoda y más suelta, y al final descubrí que no todo el rato es mi culpa el no saber qué quiere hacer el tipo, a veces es que ellos no saben guiar bien. También descubrí que vale más bailar con un negrazo que con un, como llamaría mi compañero bloguero Paquito, como un lechoso. Los holandeses se han aprendido los pasos en clases y dan por supuesto que tú también. Los negrazos bailan Kizomba desde que salieron de la cuna, y a poco que sepas dos pasos, y aprendas a seguirles, te sorprenderás de cómo te sale casi natural el mover el pandero, sólo tienes que seguir lo que te indican ellos en la espalda con los brazos.

También descubrí que hay algunos cerdos que aprovechan la coyuntura para meterte mano. El primer incidente fue un negrazo que despues de un baile bastante fluido (sabía llevar muy bien) me plantó un beso en la mejilla que si me descuido acaba en otro lado. Un holandés que aprovechando la coyuntura, y muy sutilmente me rozaba un pecho por el lado y me acariciaba la espalda. Esas cosas no forman parte de este baile pero supongo que al principio y hasta que pueda elegir con quien bailo, pues tendré que asumirlas. La palma se la llevó un gilipollas que, al decirle yo que no sé bailar muy bien, aprovechó para (intentar) enseñarme su propia versión de Kizomba...en castellano también llamado te enseño a restregarte con tu pierna y tu pelvis por mi cebolleta hasta que acabo empalmado. A ese se le acabó el bailar nada más me di cuenta del plan que llevaba el tío....

Despues de toda la noche kizombeando, me fui a la cama con una sensación de victoria increible. Una batalla ganada, que no la guerra. Para ganar la guerra me quedan muchas noches de ir a bailar y no ser capaz de bailar ni una (los días que esté torcida) y noches en los que sí sea capaz. Todo depende de cómo de segura/insegura esté.

Y al que le interese saber que es Kizomba, os dejo un video. Es más fácil de lo que parece (para gente normal). Yo a lo que no llego aún es a las zancadillas/planchas varias.


 


Por cierto, hoy me he levantado con unas agujetas en las caderas como si me hubiese pasado el día enterito en el gimnasio

3 comentarios:

  1. Así me gusta: que no pares, no vaya a ser que te dé por descansar (la cabra tira al monte: lo tuyo es patológico :-)).

    Curiosamente, tengo a un amiguete por Utrecht que le da a esto del Kizomba (bienvenida a mi claustrofobia vital :-)).

    Ahora: lo de los tipos tocándote la espalda (la forma que tienen aquí de tirar la caña, por cierto) o de los restriega-cebolletas... En fin: que sepas que me hizo sonreír un buen rato :-)).

    Un abrazo y descansa.

    Paquito.

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  2. Todos los caminos llevan a............Paquito. Debe ser que los dos somos muy sociables y conocemos a mucha gente, y como no hay tanta gente en el país, por cojones algunos conocidos tienen que ser comunes :p De todos modos, a tu amigo ese me lo podré encontrar en cualquier otra fiesta de cualquier otra ciudad (en Eindhoven vi a 3 de Utrecht, de los que huí como la peste, y varios del sitio donde bailo en Rotterdam) pero en Utrecht dudo mucho que me lo encuentre, porque como yo tambien tengo un ' amiguete' al que no quiero ver ni en pintura en este mundo del bailoteo y en esta ciudad, no pienso poner un pie ni aunque me paguen mucho dinero :D

    Btw, el de la cebolleta era otro negrazo

    Que conste que la palabra negrazo en este post no está usado de forma despectivo

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  3. Pues Pelocha, el peor miedo es enfrentarse a uno mismo, siempre haras lo imposible para no enfrentarte hasta que alguien te impulse, o algo te haga enfrentarte a ello, cuando te enfrentas una vez, la siguiente batalla es mas facil.

    Como tu bien dices, te falta autoestima, y yo no lo entiendo, ni veo ningun motivo para confiar en ti misma, si no tienes mas defectos que la mayoria, pero poco a poco, muchos animos y a tirar pa'lante.
    Y cuidadin con los pulpos de tierra, que se ve que en Holanda tambien hay unos cuantos.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Kizomba

    Slds.

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