lunes, 29 de agosto de 2016

Verano tardío y los progresos de Kiva

Si antes me quejo del tiempo....antes llega la segunda oleada de calor del verano. La primera fue en Julio, durante mis vacaciones. Y tiene guasa, la prensa dice que, a pesar de haber sido este verano uno de los que menos verano ha sido, y peor tiempo hemos tenido, se va a convertir en uno de los más calurosos gracias a las temperaturas máximas alcanzadas en las olas de calor. A pesar del fresquete, de la lluvia, de las nubes, a pesar de que noséquedía de agosto la temperatura estaba por debajo de la registrada el día de Navidad...tócate los huevos. Claro que en tulipandia, un día de 30 grados en un día tropical y llaman ola de calor a 5 días de verano, con máximas de al menos 25 grados (sea la mínima la que sea) y con 3 de estos días "tropicales" . Vamos que en Zaragoza estaríamos de ola de calor de Mayo a final de Octubre.

En cuanto a Kiva, vamos progresando. Y objetivamente diré que vamos progresando rápido, aunque a mí se me hace eterno. Su principal problema es que tiene miedo a todo lo que no conoce, y que ladra como una fiera a todo lo que le da miedo. Pero no es dominante ni agresiva. Si la veis en plena faena cuando algo le da miedo, no me creeréis cuando digo que no es agresiva. Y bueno, tiene miedo a los perros, así que cuando va atada, les ladra por defecto. Si va suelta se acerca, huele, intenta salir por patas. Si al perrete se le ocurre hacer un intento de jugar, Kiva se caga, ladra a medio palmo del perro, y sale corriendo mientras el dueño me mira con horror. No les culpo. Pero ellos a mí con su mirada sí me juzgan y sí me culpan.

Paseando bajo la chicharra
Esto, con paciencia, en principio tiene cura. Una de las cosas que recomiendan y que yo estoy llevando a la práctica es cebar al perro con galletas desde que el perrete de enfrente se ve, hasta que lo sobrepasas sin incidentes. Sólo pasar por su lado, no interactuar. Después de un mes haciendo esto, muchos días volvemos a casa sin ladridos, o habiendo ladrado sólo a un perro. Y otros vuelvo desquiciada porque ha ladrado a todo lo que pasa por su lado. Luego jode también bastante el típico perrito pequeño asilvestrado, al que sus dueños no se han molestado en domesticar, que viene y se pone a ladrar y me jode el training. Y encima las miradas de dueño de perro irresponsable son para mí. Pues a alguno ya se la he devuelto, porque últimamente, cuando Kiva está de buenas, me anticipo y la siento delante del perro ladrador y la cebo a galletas. Mientras le explico al dueño que la perra ladra por miedo y que la estoy entrenando para que no ladre aunque le ladren. Flipan. Y les toca la moral. Y yo sigo caminando para adelante, sintiendome orgullosa por momentos de mi cocodrila. Estas técnicas dan resultados a medio/largo plazo, así que debería estar contenta de ver ya resultados y no ser tan cagaprisas...

Además, 3 días por semana viene una señora a pasearla por la mañana. La señora en cuestión es adiestradora, y tiene una empresa para pasear perros en grupo. Ella me cuenta que Kiva está cómoda con el grupo de perretes y que poco a poco se va atreviendo a jugar más. Vamos, que a ella no le monta un choto. No sé muy bien si es porque va en un grupo de perros y conmigo se los encuentra de uno en uno, o si soy yo la que está intranquila y se lo paso. De todos modos, voy a invertir un poco de dinero en que esa señora se venga un día conmigo de paseo y me diga qué hago bien y qué hago mal.

Otra buena costumbre que tiene Kiva es ladrar (por miedo) a todo aquel que entra en mi casa. Así que arrincono a las visitas en el pasillo, les explico que Kiva va a ladrar, les digo que no tengan miedo y tiren palante, que no la saluden hasta que no se relaje, y que le den salchichas (que yo les he dado) una vez esté tranquila. Y parece que también va dando resultados, solo suelta un par de guaus y tan amigos. O el sábado, que casi lloro porque no ladró a K (a quien ya había visto una vez) y a su hermana C (a la que no conocía). Cara de haba se me quedó.

Otra hazaña ha sido ir en bicicleta. Primero por una zona tranquila, luego por otra calle y carril bici más transitado, y de vuelta a casa. Aprobado con notable. En la zona tranquila iba bien, en la zona más transitada iba más nerviosa intentándose coscar de todo lo que pasaba alrededor. No está mal.

Kiva en la parra, mirando al infinito....
Una cosa que tiene esta perra es que llama muchísimo la atención por la calle. Obviamente cuando ladra, se la ve (y se la oye), pero no me refiero a eso. Cuando va a mi lado como una señorita, que gracias a dios es lo más habitual, la miran mucho, y me dicen muchas veces eso de ´mooi hond´ (perro bonito), me paran y me piden si pueden tocarla, y ayer le hicieron una foto. Lo de que la toquen, les digo que es miedosa y que si ella quiere acercarse vale, pero sino, sorry pero no. Vale que Kiva es guapísima (que voy a decir yo) pero como para torcer tantos cuellos? Supongo que es porque aquí el pastor alemán no se ve mucho, y ella tiene unos colores muy curiosos y una buena planta. Lo malo de esto es que además de atraer la atención de la gente normal, también la miran la mala gente y eso no me gusta un pelo. No la suelto si no tengo todo controlado...por si las moscas. Desgraciadamente, España no es el único país con peleas de perros. O en el mejor de los casos, viendo lo difícil que es aquí el adoptar, se sacan una pasta sacando camadas o vendiéndola a ella.

La perra ya está apegada a mí, pero espero que con el tiempo se apegue más y no se le pase por entre las orejas el pirarse con un desconocido. He dicho apegada? Es una LAPA, me persigue a todos los lados buscando mimos. Se supone que los perros jóvenes son menos apegados, así que cuando esta sea vieja y chocha no va a haber dios que la aguante!

En fin, que entre el trabajo, y Kiva, estoy que no tengo vida social! Pero bueno, es lo que tiene no? Sarna con gusto no pica....emmm, sí, si pica, pero se aguanta uno :p

Saludos (y lenguetazos de la orejas)

3 comentarios:

  1. Buenas tardes,

    Pues ya me alegro por tus progresos con la perrita en cuestión, y es verdad eso que dices, sarna con gusto no pica...

    Antxon

    ResponderEliminar
  2. Feliz de escuchar que las cosas van por buen camino: hace poco escuché un viejo dicho en español que, además de conseguir arrancarme una carcajada, me permitió dar uno de mis "shows" en la oficina.

    "Con paciencia y con saliva, se la metió el elefante a la hormiga".

    Pienso en tu pobre perrita y entiendo sus miedos: supongo que se tiene que hacer a ti, esa extraña que de pronto la cuida, la alimenta y la mima... Debe de ser extraño: hay gente y animales que jamás han vivido eso, así que, por el momento, supongo que desconfianza inicial para luego transformarse en lealtad absoluta (ahí es donde haces bien en acostumbrarla a ser sociable: he conocido a gente con perros que no trabajaba ese área y te encontrabas con que, si querías quedar con ellos, no podías hacerlo en la casa, porque el pobre animal se sentía amenazado).

    Así que ya sabes: "Con paciencia y con galletitas, socializó la bloguera a Kiva" :-))

    ResponderEliminar
  3. Uff Paquito, que tu perro decida si puedes tener visita en casa es un poco heavy...Kiva está intentando decidir en ese área también, pero aquí estoy yo para decirle que yo pago facturas, por tanto yo mando. Básicamente la meto en su jaula hasta que la visita se asienta, luego saco el super hueso que solo puede morder cuando hay visitas, y la suelto. Le da igual quien esté, le interesa más el hueso.

    ResponderEliminar