Una de las cosas buenas de mezclarse con gente de diferentes países es poder disfrutar de la tradición culinaria de diferentes países sin sentirte estafado en un restaurante. Estafado porque la comida que comiste viene de cualquier país menos del que dice el menú, y porque para pagar la cuenta casi tienes que vender un riñón.
Aprovechando la multiculturalidad de la gente de las clases de holandés, unos cuantos de nosotros organizamos una cena. Pudimos disfrutar de ensalada japonesa (muy rica), curry verde de Tailandia (preparado por una Tailandesa), tortilla de patata (made in pelocha, por supuesto), verduras y carne en salsa de tomate proviniente de Grecia y de postre tocó tarta del Albert Heijn (que pena que no fuese postre polaco) y mousse Brasileño.
Toda una mezcla de nacionalidades y de sabores, seguro que nos animamos a hacer más de estas :D
Ahora espero las recetas para hacer réplicas!
Kunt u "que pena que no fuese postre polaco" uitleggen?
ResponderEliminarWaarom zegt u dat?
Espero que no te moleste que te responda en español:
ResponderEliminarSí, claro que puedo explicar mi comentario. La chica es polaca, la gente polaca sabe cocinar postres deliciosos, por tanto es una pena que no tuviesemos el placer o la oportunidad de degustar un delicioso postre casero. A cambio comimos una tarta de AH. Muy buena. Pero nada que ver con un postre polaco casero.
Muy interesante. En mi primer curso de holandés hicimos una comida de éstas entre los alumnos de la clase, ahí estábamos 2 rumanos, 2 marroquíes, 1 polaco, 1 francesa, 1 ruandesa, un par de belgas francófonos y yo.., cada uno con un plato y bebida del país..., además de la profesora...
ResponderEliminarEl mejor tagine que he probado...