jueves, 26 de abril de 2018

Historias de tren

Ayer, en el tren, viví una situación que dije, esto tengo que contarlo en el blog, porque estas cosas sólo pasan en Holanda!

Estaba sentadita en mi asiento del vagón silencioso (sip, tenemos de eso) cuando una de las personas que pasaba buscando asiento se para y empieza a hablar con una señora mayor que estaba sentada a mi lado, al otro lado del pasillo. Así la primera reacción de todo el vagón fue mirar a la señora con cara de asesinos....hasta que nos percatamos de qué iba el asunto...

Al pasar, la señora había volcado un poco de café en la parte trasera del abrigo de la señora mayor. Tan poco café que la abuelita ni se había dado cuenta. Y la señora se paró para informar a la abuelita, valorar los daños, y para intercambiarse datos personales (nombre/teléfono) para dar parte al seguro y hacerse cargo de la limpieza del abrigo..........un abrigo que yo metería en la lavadora y a correr, pero esto va por gustos.

Esto me recuerda a una situación, a mi parecer rocambolesca, que me contaron una vez. Típicia cena de amigas en casa de una, tomando un vinito...y el vino se vuelca y mancha la alfombra o el sofá...en España yo creo que te disculpas y ya está, poco más, es un accidente....aquí uno echa mano al seguro para que pague la limpieza (o reemplazo) de la alfombra o de la tapicería del sofá.

Son situaciones parecidas, la diferencia es que de casa de tu amiga no sales viva...en el tren la señora podía haberse hecho la loca y tirar para adelante 3 vagones más para allá.....

Me gustan estas cosillas :)

6 comentarios:

  1. Si accidentalmente le manchas de vino la alfombra a una amiga, le pagas la tintorería y punto. En España y en la China popular. Lo contrario se llama no tener responsabilidad. Si lo ves normal, te estás delatando tú sola. No es que en España no hagamos esto o aquello en comparación con los Países Bajos.

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    1. En mi casa, en España se ha manchado ropa o el sofá (no tenemos alfombra) o se ha roto vajilla y nos hemos aguantado, forma parte de tener visita en casa, no se nos ha ocurrido pedir a nadie que pague nada. Aquí, en Holanda, es distinto, tienes un seguro específico que te cubre este tipo de accidentes.

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  2. Vivo en Holanda 33 años y nunca he tenido seguro, pero si me hubiera pasado algo y hubiera tenido que pagarlo lo hubiera pagado y ya esta. Me sobra dinero con lo que me ahorrado por no tener seguro en estos 33 años.

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  3. Yo veo videos de youtube, ultimamente; sobre limpieza de manchas, no he probado todavía los de limpieza de alfombras, pero el resto de mezclas de productos, son mano de santo.

    Yo hubiese ido con los productos "naturales" de limpieza a casa de la señora, y a limpiarle el abrigo y fin del problema.

    Lo mismo que si voy a casa de amigo o amiga y le mancho la alfombra.

    Como os complicais, con lo caro que son los seguros... y las tintorerías.

    Jabón de lavadora+peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) a partes iguales, un cepillo y listo, adiós manchas.

    Holandeses, os complicáis la vida mucho mucho. :)

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  4. Me pasó una vez aquí e hice exactamente lo mismo (me ofrecí a pagarle la tintorería).

    Otra vez, viviendo con un alemán, el pobre hombre me rompió el asa de una taza que me regaló una chiquilla... Recuerdo, al volver a casa, al pobre hombre, con una carita de menú que era digna de una foto, pidiéndome disculpas, ofreciéndome los datos de su seguro para pagarme una nueva...

    Ahí es donde uno decide enseñar a esta pobre gente lo que el sentido común es...

    Teutón: "Lo siento... Te voy a dar mis datos del seguro para que te lo pague"...
    Paquito: ¿Para qué?
    Teutón: Pues (cara de contradicción)... Para que te lo pague...
    Paquito: A ver (cara de haber tenido esta conversación cincuenta mil veces antes)... ¿Has roto la taza adrede?)
    Teutón: No...
    Paquito: Pues entonces... ¿Para qué me vas a pagar nada?

    El pobre teutón se quedó unos segundos pensando en qué había pasado... Ahí es donde, creo yo, su cerebro tuvo que analizar como "intención" y "propósito" intercedían en mi proceso de decisión (no se atrevió a preguntarme, pero sus ojitos de extrañeza me dijeron que los esquemas se le rompieron).

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  5. Hoy voy por el camino de la respuesta corta (no te acostumbres, no va conmigo y vuelvo a la carga).

    Esta tontería me ha alegrado el día de camino a la oficina. Y es un reto alegrarme a mí un lunes, ya suelo ir contento de casa.

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