jueves, 12 de abril de 2012

Fauna en el metro

Cuando pasas de 2 a 3 horas diarias en transporte público, en el país que sea, ves cosas de todo tipo. Unas graciosas, otras molestas. A veces puede ser de lo más entretenido el observar a la gente en lugar de pasar el rato con el jueguecito del móvil o con el Facebook.

Además, si sueles viajar más o menos en los mismos horarios, pronto verás muchas caras conocidas en el tren, bus o metro, y hasta te darás cuenta cuando alguien ´desaparece´ una semana y vuelve morenito. Otras veces desearías que alguien desapareciese, que cogiese un tren diferente porque, sin conocerlo de nada, no te cae bien. El individuo del que voy a hablar pertenece a ese segundo grupo.

Regularmente veo el mismo hombre en el metro. No cojo siempre el mismo metro a la misma hora, pero aún así me las apaño para toparmelo varias veces al mes. Es una persona que me desagrada bastante y en cuanto lo veo me alejo lo más posible. Y no soy la única. Él suele posicionarse al principio del anden, y no necesariamente coge el primer metro que pasa, sino que a veces los deja marchar. Mientras espera pacientemente, mira a las chicas que van llegando al andén y en cuanto le gusta una la sigue como por casualidad. Se posiciona junto a ella y así como quien no quiere la cosa le empieza a hablar con cualquier excusa tonta. Cuando llega el metro sube con ella y se sienta junto a ella. Poco a poco se acerca más y más a la chica, sin respetar el sagrado espacio vital que cada persona holandesa necesita, y a lo que te das cuenta, tiene la mano en el muslo de la chica. La chica en cuestión mira con cara de sorpresa pero no se atreve a darle un hostión, sólo se levanta y cambia de asiento. Él se levanta y busca a otra chica que le guste, y si no hay nadie en ese vagón, se baja en la siguiente parada y sube al siguiente vagón o al siguiente metro que llegue.

Y por qué nadie le cruza la cara? Pues muy sencillo, porque el chico tiene algún tipo de retraso mental (lo cual no significa para nada que sea tonto, todo lo contrario) y algún tipo de malformación física...y nadie se va a poner a darle una hostia a un baboso lo suficientemente listo como para usar su 'handicap' para meterle mano a toda chica que le gusta. Seguro que en el momento post-tortazo sabe muy bien como actuar para quedar como un pobre infeliz ahostiado por una bruja. Sin contar con que cuando ves a este elemento con la mano en tu muslo y hablándote a medio cm de tu cara flipas tanto que no eres capaz de reaccionar. Y lo digo por experiencia porque a mí me pilló de novata una vez, no más. Me dan ganas de hacer un video con su modus operandis y colgarlo aquí, pero me temo que no será muy legal...

Afortunadamente, cuando me cruzo con este elemento suelen ser en horas puntas con el metro hasta arriba, pero no quiero imaginar el mal rollo que debe dar el encontrártelo en la noche y con el metro vacío...

Igual hasta alguno de vosotros lo ha visto!

13 comentarios:

  1. En México hay una práctica bastante común en el transporte público a la que llaman "arrimar el camarón" (Camarón=gamba, y por su aspecto físico similar = miembro viril). Esta práctica consiste en aprovechar las aglomeraciones para ir moviéndose por todo el autobús restregandose con cuanta tía buena se encuentra en el camino. Nunca falta alguna que le suelta un bolsazo o codazo en semejante parte y el tío no se atreve ni a pestañear.

    ResponderEliminar
  2. Arrimar la cebolleta que decimos por españa. !Video pero ya!

    ResponderEliminar
  3. http://www.youtube.com/watch?v=sKfBJTSF6y0&feature=player_embedded

    ResponderEliminar
  4. ¿Y eso ocurre en el metro de Amsterdam? Quiere decir que vienes con frecuencia por aquí. Yo te propongo algo más decente, a ver si un día coincidimos y nos tomamos un "lekkere koffie" o una "verse bien". ¿Vale?

    ResponderEliminar
  5. Alfonso, no es en Amsterdam pero me apunto el café la próxima vez que vaya a Amsterdam

    ResponderEliminar
  6. Esta historia me ha dejado con muy mal cuerpo. Una persona muy cercana aquí me confesó hace menos de una semana que hace unos años a su hija la secuestró y torturó uno de estos "enfermos" (a sick, sick, sick man en sus palabras). El hijo de la gran puta tenía en su casa una cámara de tortura, vamos, de película de terror. Y antes de secuestrar a su hija ya había intentado atacar (sin conseguir llevarlo a término) a otras tres chicas, todas jovencitas y guapas, en plan "me voy detrás de ella al salir de supermercado y la abordo". Sé que ahora estoy susceptible por esta historia terrible, pero de verdad ten muchísimo cuidado con este personaje, porque nunca se sabe en qué momento se le cruzan los cables a un "enfermo" amigo de manosear a mozas en público.

    ResponderEliminar
  7. Lo angustioso de este lugar es que ves a la misma gente, a las mismas horas, en los mismos lugares (paradas de metro, autobús, cafés) todo el tiempo.

    Para alguien que valora por encima de todo su capacidad para sentirse anónimo es algo horrendo.

    Pero esto, fíjate tu por donde, tiene hasta su encanto: ¡Yo le soltaría una hostia si me pone la mano encima y luego llamaría a la policía! :-))

    ResponderEliminar
  8. Paquito eso de darle un guantazo a un discapacitado puede traer problemas serios..

    Morti, siento lo de la chica esa...este chico creo que no tiene mucho peligro, es más bien bajito, flacucho y torpe, de una hostia está en el suelo. Pero vamos, q no hay que subestimar a esta gente...

    ResponderEliminar
  9. De verdad que mal cuerpo...yo creo que, por mucho retraso mental que tenga, habra algun momento en le que alguien le dara una hostia a mano abierta.

    De los pulgares les colgaba yo a esta gentuza...

    ResponderEliminar
  10. ......si es que lo de arrimar la cebolleta es deporte internacional, sea cual sea el origen mental del sujeto en cuestión. Lo que está claro es una cosa, con un buen video y una buena denuncia en la policía a éste lo paran durante un tiempo, y si no, pillarle una foto, hacer carteles y pegarlos por todos sitios con el mensaje de .."CUIDADO, CEBOLLERO". Pelocha tiene razón en lo de que darle de ostias al nota podría acarrear problemas...

    ResponderEliminar
  11. Lo peor es que siempre hay gente que saltaría poniéndote de bruja maltratadora de gente indefensa. Esa gente me parece igual de asquerosa que los tocones. Yo recuerdo que en mi instituto había un chico de una nuestra con un ligero retraso ( y recalco ligero, muy ligero, porque el chaval de tonto no tenía un pelo), al que habían acostumbrado a que hiciese lo que le salía de las narices. Así que no era raro el día que le tocaba el culo o intetaba restregarse contra alguna de nosotras. Y si alguna de nosotros decía algo, es que "el pobre es retrasado".

    Pero vamos, es que una cosa es que un hombre con la edad mental de un niño hago alguna chiquillada, que es lo normal, y otra es un chaval que si no te dicen que tiene un ligero retraso ni te das cuenta te meta mano. Al fin pusimos el grito en el cielo y empezaron a controlar que no lo hiciese, pero manda cojones. Dentro de nada va a ser legal que te viole alguien con un CI de 99, que seguro que ha sido sin querer.

    ResponderEliminar
  12. Si tiene salud para meter mano tb tiene salud para aguantar la hostia que se le meta, ya veras como no lo volveria a hacer tan seguido... yo la suelto automática (me pasó dos veces), no miro el grado de retraso... que sea declarado o no.

    monttse

    ResponderEliminar